“Ella, sin nombre y torpe (la impresionante Aïda Ballmann de ojos claros haciendo su debut), vive en su isolada existencia en una casa muy peculiar. Feliz pero solitaria, ha escrito y enviado 1212 cartas en días 1212 sin respuesta alguna hasta que un día recibe una carta de alguien del mismo parecer, de Él (Ken Appledorn, americano afincado en España). (…)
Aparte de su voz en off modulada con un acento alemán, la eufórica Ballmann parece interpretar una asustada y compleja versión de un payaso de circo. Sin embargo, el espectador nunca olvida que también es una radiante y joven mujer, inocente ante el mundo, frágil y perjudicada por su relación con su madre, quien en vez de contarle cuentos cuando Ella era niña, le recitaba la tabla de multiplicar. De ello viene el título y el resultante daño psicológico que muestra la protagonista.”